miércoles, 5 de septiembre de 2012

TDAH. Cómo manejar la impulsividad

La impulsividad es un síntoma que aparece con frecuencia en niñas y niños con déficit de atención e hiperactividad (DSM-IV TR, 2000), aunque pueden aparecer conductas de este tipo en otros niños. Cuando una niña o un niño tiene este problema le cuesta esperar turno, habla interrumpiendo a los demás, es incapaz o tiene dificultades para esperar un premio demorado en el tiempo, etc. En definitiva, se trata de un problema para esperar, para regular la conducta en función de objetivos a medio o largo plazo, buscando siempre el premio o el resultado inmediato.

Terapia psicológica infantil. Déficit de atención e hiperactividad. Cómo manejar la impulsividad.Esta habilidad para el autocontrol puede mejorarse gracias a un entrenamiento adecuado con la ayuda de un psicólogo infantil. Muchos niños no son capaces de regular su comportamiento porque han aprendido que los resultados se pueden obtener siempre de manera inmediata. El entrenamiento consiste en ir aumentando los tiempos de espera de forma progresiva, siempre desde una perspectiva positiva y premiando los logros alcanzados. Pongamos el ejemplo de un niño que inicialmente espera aproximadamente un minuto para hablar o hacer una pregunta en el aula, interrumpiendo al adulto o a otro/a compañero/a. Si el pequeño consigue hablar transcurridos dos minutos, se premiará que lo haga porque ha aumentado el tiempo de espera. De forma sucesiva se irá aumentando el tiempo requerido para conseguir el premio (este puede consistir en un elogio verbal delante de sus compañeros, una tarjeta con una imagen de un premio que utilice el profesor, un punto acumulable para intercambiar por premios acordados, etc). También podemos establecer un premio adicional cada vez que la intervención del niño se dé en un momento de silencio del discurso, es decir, sin interrumpir al que habla.

Terapia psicológica infantil. Déficit de atención e hiperactividad. Señales para manejar la impulsividadPara facilitar este proceso de espera, se le puede proporcionar un papel donde escriba lo que quiere decir en voz alta o para dibujar o garabatear hasta que se le pueda atender. También puede conseguirse la atención esperando en una fila o dándole una nota al profesor, que este leerá cuando tenga ocasión (aumentando el tiempo de espera). Es útil emplear recordatorios visuales como por ejemplo un niño con gesto de silencio sobre la mesa del aula o en la pared, o una tarjeta que utiliza el profesor cuando el niño interrumpe. Si el niño ya ha interrumpido se puede hacer una señal para que sea consciente de que acaba de actuar de forma impulsiva. En este caso no se premiará su conducta, pero tampoco se castigará, simplemente dejará de recibir atención. El objetivo final es premiar el tiempo transcurrido hasta su intervención y la ausencia de interrupción del discurso de otros.

También se pueden hacer un entrenamiento en espera con otro tipo de conductas, guiado por un psicólogo infantil. Por ejemplo, se propone al niño realizar una tarea que suponga un esfuerzo (estar sentado cerca de unos juguetes sin poder acercarse a ellos, permanecer de pie o sentado mirando a un punto  fijo) durante un tiempo establecido, y se le da un premio tras lograr terminarla. El esfuerzo y tiempo dedicado a la tarea se va aumentando progresivamente para favorecer la capacidad de espera en el niño y su habituación a la situación. Se trata de entrenar la resistencia al aburrimiento y a la frustración, aumentando el autocontrol y la capacidad de espera del premio.

Una alternativa consiste en emplear simplemente el tiempo como forma de entrenamiento, de forma que el niño será consciente de que transcurrido cierto tiempo recibirá un premio, se le permitirá hablar o jugar, etc. Para este tipo de entrenamiento es necesario que el niño tenga conciencia del tiempo transcurrido.



info@psicologos-psicon.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario