jueves, 23 de agosto de 2012

Pensamientos negativos: la depresión

La mayoría de las personas experimentan los efectos de los pensamientos negativos en algún momento (o en muchos) de sus vidas. Ante una discusión de pareja, problemas en el trabajo o con los hijos...etc, lo más habitual es que aparezcan pensamientos negativos. Si este tipo de pensamiento es común a todas las personas, ¿qué es lo que diferencia entonces a las que sufren trastornos depresivos de las que no los sufren? 

Desde las ideas iniciales del psicólogo A. Beck en los años sesenta, es conocido en psicología cómo las personas desarrollan trastornos depresivos a partir de su manera de pensar sobre lo que les sucede. Es decir, no se deprimen aquéllos/as que se encuentran con más dificultades en sus vidas, sino los que dedican más tiempo a pensar en cosas negativas.

Se trata de un estilo de respuesta ante los problemas conocido por los psicólogos como "rumiativo". ¿Y en qué consiste esta forma de reaccionar? Las rumiaciones depresivas son pensamientos repetitivos sobre los primeros síntomas de tristeza y sobre las posibles causas y consecuencias de ellos. Es decir, es una forma de pensar que consiste en repetir mentalmente el pensamiento negativo original (aquél que aparece de forma frecuente en la mayoría de las personas en una situación difícil o problemática). Las personas que sean capaces de distraerse de este tipo de pensamientos o quitarles importancia tienen menos probabilidades de desarrollar depresión. Sin embargo, aquéllas que dediquen más tiempo a pensar cosas negativas es más probable que acaben por tener un trastorno depresivo con todos sus síntomas. En este punto no es difícil entrar en un círculo vicioso de tristeza, falta de motivación para hacer cosas y reducción de estímulos positivos, que hacen que la tristeza aumente más aún.
De hecho, una de las más conocidas terapias psicológicas de tipo cognitivo (la de A. Beck), es decir, centradas en los pensamientos, trabaja desde varios focos de intervención y con diversos objetivos: aumentar las actividades que realiza la persona para lograr un que tenga acceso a más estímulos positivos, y de esta manera mejorar la motivación; otro foco de trabajo, generalmente en paralelo, consiste en modificar los pensamientos negativos, que suelen ser excesivos, exagerados y distorsionados (las personas con depresión dan más importancia a interpretaciones exageradamente catastróficas sobre lo que les pasa). 

Por tanto, en lo que respecta a los pensamientos de las personas con depresión, el psicólogo debe trabajar por un lado en la modificación de la forma de los pensamientos (es decir, hacerlos más realistas y objetivos, menos catastróficos) y por otro lado en su contenido (lograr que la persona dedique menos tiempo a sus pensamientos negativos y más a los positivos).



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1 comentario:

  1. Hola. Cómo están? Me gustan mucho los blogs de Psicología como el de ustedes. Les mando saludos.

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