jueves, 30 de agosto de 2012

Mi hij@ tiene problemas en los estudios

El bajo rendimiento escolar es uno de los motivos más frecuentes por los que madres y padres suelen pedir ayuda a un psicólogo infantil. Alcanzar unos resultados académicos adecuados depende de varios factores, algunos de los más relevantes pueden ser: la capacidad intelectual del niño o la niña, sus aptitudes en cada una de las áreas de trabajo en la escuela, la motivación que tenga por aprender, el estado emocional en que se encuentre, el conocimiento de estrategias útiles para el estudio y la disposición de un entorno adecuado.
Cuando nuestra hija o hijo manifiesta problemas académicos, el psicólogo infantil en primer lugar debe considerar los posibles factores que puedan estar influyendo para que esto ocurra. En muchos casos son los problemas emocionales los que hacen que los pequeños se vean limitados en su progreso académico. El psicólogo infantil tendrá que hacer una evaluación clínica de las dificultades que presenta el niño. Para ello hay que valorar si ha habido cambios importantes en el entorno que puedan explicar la falta de interés del niño por el estudio o que tenga su mente ocupada con emociones negativas. Por ejemplo, el nacimiento de un nuevo hermano, si este hecho conlleva la aparición de celos, dificultades con los compañeros de clase que le hagan sentirse enfadado o triste, cambio de colegio o de domicilio familiar, sentimiento de incapacidad ante las exigencias académicas, etc. No olvidemos que los niños también pueden verse afectados por los acontecimientos que suceden en su entorno y los pensamientos negativos o las etiquetas que utilizan en su lenguaje pueden llevarles a sentirse incapaces, así como las emociones negativas generadas por las dificultades con las que se encuentran. También pueden aparecer problemas clínicos más específicos como miedos, fobias, ansiedad, etc, que el psicólogo infantil valorará para ofrecer un tratamiento adecuado en caso necesario. Si la causa del retraso académico está más relacionada con otro problema anterior, será necesario tratar este previamente para permitir que el niño posteriormente mejore su rendimiento académico.
En otros casos, puede ser el propio entorno cotidiano, familiar, social o escolar, el que limite las posibilidades de desarrollo del niño. Cuando damos por sentado que la obligación de los pequeños es estudiar y llevar a cabo sus tareas académicas podemos caer en el error de considerar que no es necesario premiarles por sus logros. Lejos de esta idea, los niños necesitan desarrollar una motivación adecuada hacia el estudio, para lo que es fundamental premiar cada avance que observemos por pequeño que nos parezca. Uno de las primeros problemas con las que se encuentran los niños cuando tienen que estudiar, es la dificultad para permanecer sentados durante un periodo de tiempo suficiente y concentrarse en la tarea que realizan. Esta habilidad es susceptible de entrenamiento, pero para ello hay que lograr una motivación suficiente, ya que requiere un esfuerzo importante. También es necesario mostrar interés de forma cotidiana por las tareas y obligaciones de los pequeños, revisando sus actividades y trabajos. Además, hay que ayudar a los niños a desarrollar el sentimiento de competencia, recompensando la superación de dificultades, su interés y su esfuerzo, siempre exigiéndoles en función de sus capacidades. Esto hará que su autoestima académica se vea fortalecida y de esta manera aumentaremos al mismo tiempo su motivación.
Otra cuestión importante a tener en cuenta tiene que ver con las aptitudes de los niños para las tareas escolares. En muchos casos de problemas con el rendimiento escolar el psicólogo infantil tendrá que hacer una evaluación psicopedagógica de las capacidades intelectuales del niño. El resultado de esta servirá para determinar el nivel de exigencia que debemos tener con respecto al pequeño, así como las aptitudes que hay que potenciar y entrenar, y aquéllas que tienen un funcionamiento más adecuado para apoyarse en ellas de cara al estudio.
Por último debemos mencionar que no todos los niños conocen las estrategias adecuadas para el trabajo académico, en cuyo caso será necesario enseñárselas. En cuanto a la metodología a seguir de cara al estudio, el psicólogo infantil trabajará con el niño no sólo estrategias memorísticas y de comprensión, sino también deberá adaptar estas a las capacidades de aquél (por ejemplo, priorizar contenidos verbales o espaciales, o estrategias más/menos visuales, o más/menos memorísticas, según los puntos fuertes y débiles en su capacidad intelectual). Por otro lado, será de gran utilidad el empleo de la modificación de conducta para mejorar la planificación y la organización del tiempo de estudio (periodos de estudio y descanso, orden de tareas según nivel de dificultad, contenidos y capacidades específicas del niño, tiempo de planificación, entorno adecuado y sin ruidos ni distractores, premios a emplear por cada logro concreto alcanzado, estrategias de motivación, etc).



info@psicologos-psicon.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario